Sensaciones indonesias

Nuestra paso fugaz por Indonesia nos ha dejado un extranio regustor. Por un lado todos pensamos que le dedicamos menos tiempo del que se merecia. Por otro, ninguno de nosotros hemos dejado de admirar este inmenso pais-isla. Es sin duda una nacion de contrastes: donde la pobreza se palpa mas que en ninguno de los paises hasta ahora visitados a la vez que la elite opulenta campa a sus anchas por Jakarta, donde los parajes naturales impresionan por su variedad y magnitud a la vez que la contaminacion y deforestacion se ve por doquier, donde sus gentes amables y siempre disponibles para ayudarte dejan aun asi un resquicio a la desconfianza…

 Aun asi no podemos decir que hayamos conocido Indonesia. En todo caso hemos vislumbrado la isla de Java y Bali. Poco mas. Pese a todo, lo que hemos visto nos ha fascinado. La forma que tienen en la  isla de integrar todas las culturas que han pasado por alli ( hindues, musulmanes, holandeses, occidentales y por supuesto su propia cultura) es cuanto menos digna de admiracion.

En cuanto a nosotros hay cosas que nos han llamado mas la atencion que otras, es inevitable. A quien no le impresiona que hordas y hordas de grupos colegiales quieran hacerse una foto contigo, en el monumento mas visitado de su pais (Borobudur), solo por el hecho de ser occidental? Antonio acabo firmando autografos, e Inaki con una cola de veinte chavales que esperaban solo para darle la mano. Las sesiones fotograficas con occis tambien tuvieron lugar en Bali, por no hablar de la sensacion que tuvimos Antonio y yo cuando entramos al supermecado de Batam, donde todos y cada uno de los alli presentes nos miraban, ni con bondad ni con malicia simplemente con extrema curiosidad. Y es que un occidental no pasa desapercibido en Indonesia. Y eso tienen su lado positivo y su lado negativo… muchos comerciantes que intentan llevarte a su tienda, taxistas que te dicen que alguno de los monumentos que vas a visitar esta cerrado o que va a llover, gente de a pie que te recomienda el comercio de algun allegado…se mezclan con gente de lo mas amable, siempre dispuesta a una conversacion, o a saludo (Hello Mister!) o acompaniarte a donde buscas ir porque si y despedirse con una simple sonrisa. Y es que aunque los indonesios no tengan esa sonrisa eterna de los tais, nuestra interaccion con ellos ha sido mucho mayor que en cualquiera de los paises visitados.

Quiza lo malo haya sido la rapidez con la que hemos visitado todo, esa sensacion de paso fugaz por la isla por el hecho de tener un billete de avion con fecha y hora desde la otra punta de la isla en la que nos encontrabamos. Asi, desde Bali que supuso un relajo de tres dias, apenas hemos parado. De Bali cogimos un bus a Progolimbo que tardo unas diez horas. Nada mas bajarnos del bus fuimos a una agencia con  la que pactamos la subida al pueblo que estaba a 2100 metros, a las faldas del volcan. Nos acostamos a la una, nos levantamos a las tres. Caminata de siete horas, entre las que vimos el cielo mas estrellado que nunca, nos subimos un desnivel de 600 metros de noche, vimos un amanecer, bajamos y fuimos al volcan. Nada mas volver al hostal, a las diez de la maniana, coche para abajo y otro minibus a Jogjakarta (otras once horas)catando los asientos mas incomodos del viaje, sino de nuestra vida. En Jogja estuvimos mas tiempo, intentando relajarnos un poco, pero el hecho de levantarnos a las cuatro para ver los templos de Borobodur y Prambanan no ayudo mucho. Y despues la pesadilla: tren nocturno de Jogya a Jakarta, con vendedores entrando en cada parada y pregonando lo que vendian a todas horas de la noche, y un asiento rompe-espaldas que junto al calor infernal no nos dejo dormir niuna sola hora Llegada a Yakarta a las cinco de la maniana, otra amancer,esta vez en la estacion de tren. Y lo mas destructivo: once horas de espera hasta que saliese el vuelo Bangkok.Una autentica paliza. Por eso no es de extraniar que la llegada a la capital de Tailandia haya sido para nosotros, como una especie de retorno a casa.

monte Bromo

Suena el despertador, hacemos rapidamente la mochila con un poco de abituallamiento y algo de agua, la temperatura es baja para lo que estamos acostumbrados y la altitud a unos 2200 m. del nivel del mar, son las 4 de la magnana y estamos en el Monte Bromo, Indonesia.

 Seguimos las indicaciones del regente del hostal, un indones achaparrado que habla un ingles un tanto epileptico, y que nos indica el camino hacia un mirador donde poder observar tamagna maravilla.

 Teniendo en cuenta que hemos dormido cuatro horas, que no se ve absolutamente nada, que solo contamos con un par de frontales y un plano dibujado a mano en plan croquis… tubimos suerte de llegar sin… incidentes.

La foto es un pequegno retrato a mano alzada comparado con estar alli, pero sirve para que os hagais a la idea, despues de ver despuntar el sol sobre un par de volcanes activos y uno durmiente, la niebla cubre toda la zona, y tras tomarnos un refrigerio nos decidimos a ir al mismisimo crater, si, a fumar un poco de azufre y CO2.

La altiplanicie sobre la que se situan dichos volcanes es increible, parece como si hubieran alisado miles de km2 de superficie de arena volcanica y los hubieran rodeado por unas bonitas cordilleras, plantando en el medio tres volcanes, dos de ellos humeantes.

Tras recorrer el camino hacia base del volcan unas improvisadas escaleras cementadas nos llevan hasta el mismisimo borde, subimos jadeando y asomamos la cabeza dentro.

Una humareda impresionante sale de aquel gigantesco crater, decido sentarme con los pies colgando hacia dentro y pienso que si me precipitara … seria un final con estilo.

Largo dia en Bali

Indonesia es un pais eterno. Si uno quiere podria aprovechar toda una vida en conocer unos cuantos (algunos y pocos) rincones de este extragno archipielago. Tamagna magnitud nos hizo temer sufrir agobios por vernos obligados a viajar a toda velocidad, y por ello no llevarnos una impresion tal y como el lugar merece.

Aun teniendo en cuenta estos quebraderos de cabeza, decidimos dirigirnos hacia una isla a mas de mil kilometros de Jakarta, Bali.

Despues de un par de dias en la isla relajados y ociosos, esta manana, tras una larga discusion de I.Musti con el gerente de nuestro hostal ayer por la noche respecto al contrato de una jornada turistica guiada, nos embarcamos en la exploracion de la isla.

El madrugar, obligado, y con el humo como venta. Nuestro tiempo siempre es oro, y el guia y gerente se retrasa. Llega, pero bien tarde. Nos acerca, siempre apurando en curvas, cruces y adelantamientos, a un espectaculo de danza balinesa. La funcion ya ha empezado, compramos nuestra entrada y entramos en el anfiteatro. Un balines vestido de demonio me saluda. Es un interprete sobre el escenario. El publico rie. Tomamos asiento entre chinos mandarines.

Sobre el escenario, fornidos lugaregnos con vestimentas estrafalarias y esbeltas bailarinas que realizan movimientos bruscos siguiendo el endiablado compas de la musica de este arte. Golpes metalicos a tropel, pero muy bellos.

El argumento de la obra roza la incomprension absoluta. Algo sobre un sacrificio. Un mono-hombre aparece en escena y le destruyen a espadazos. Parece morir. Un falo aparece en su entrepierna cuando giran su supuesto cadaver. El culto falocrata del lugar queda patente. Abrimos la boca.

Seguimos nuestro recorrido por la isla. La siguiente parada es un pequegno templo indu, con las peculiaridades que ello conlleva por la religion lugaregna. Guardianes de piedra con caras de ojos saltones y dientes de dimensiones exageradas, elefantes, altares sin deidad…

Nos volvemos a subir al furgon. Ahora vamos hacia la cima de una montagna desde la que se divisan los picos mas altos de Bali y un bonito lago. De camino hacia alla nos detenemos para ver unos arrozales en terrazas. La vistas merecen la pena ya desde aqui aun estando a medio camino del destino. Nos subimos en el coche y cabeceamos. Unos minutos despues llegamos a la cumbre. Tocamos las nubes. Un inmenso valle se abre a nuestros pies. Respiramos un poco y tomamos el refrigerio de todos los dias. Arroz o noodles.

El guia-gerente nos llama para continuar con nuestro tour. “Where are we goin’?”” No se que-no se cuantos temple!” En la Lonely, libro sagrado y, a veces, papel de culo, no aparece. No hay retorno. Bajamos un poco en altura y paramos por ultima vez. Primeramente, parece que nos hayamos en otro templo mas de los miles de templos que hay en Bali. Erramos, es maravilloso. Recorremos el recinto entre piedra y altares vacios, guardianes y pequegnas piscinas, repletas de nenufares y flor de loto, de las que emergen manatiales.

Volvemos a casa. Lo siguiente, disfrutar de otro atardecer playero bajo olas de inmenso tamagno.

Hasta pronto Bali!!!

Una pequenia isla llamada Batam…

Se encuentra situada a unos 50 min de Singapur en bote, aparecimos alli despues de seguir las indicaciones que nos dio un tipo indio que regentaba un hostal en Kuala Lumpur, al que nosotros denominamos como el Jesucristo Indu. En nuestra afamada lonely no hay informacion acerca de esta isla pero si Jesucristo nos dijo que ir alli y coger un avion hacia Jakarta era la mejor opcion, no cabia duda, pues ya sabeis que la palabra del segnor es inexpugnable.

Llegamos alli, Ibra y yo nos fuimos a comprar algun refrigerio para pasar la noche y nos encontramos en un supermercado de unas dimensiones increibles, escondido en un centro comercial tambien de la misma talla.

Os habeis sentido alguna vez observados por un comercio entero?, os han mirado alguna vez los ninios con cara de no haber visto algo asi en toda su vida?.

Provistos de algunos viveres cogimos un taksi (como escriben ellos) hacia el centro de la ciudad, el taxista dice que nos lleva a un hotel y nosotros le decimos que nos lleve a algo mas cheaper…

…aparecimos en un barrio de clase baja o mas bien poca clase, como querais, y cuando subimos a ver donde nos iban a hospedar pues… en fin, una casa de citas tambien es un buen sitio para pasar la noche, por que no?

Despues de tomar una San Miguel, y conocer un poco de la cultura indonesa gracias a nuestra atenta camarera angloparlante, que nos acompagno durante todo el tiempo como hacia cada camarera en cada mesa, nos dirigimos a nuestro lecho. El intenso calor, la falta de higiene, la cucaracha rezando a la Meca y el ruido de la vida nocturna hacen que a las 6 de la maniana levantemos el culo hacia el aeropuerto, siendo esto de madrugar cosa bastante dificil para mis companieros.

P.P.: “Mas vale sudoku conocido que siddartha por conocer”

Mas Rumbo Abierto que nunca

Llegamos a Bangkok y decidimos ir al Sur. Primero una isla, luego Hat Yai. Se nos acabo Tailandia y decidimos entrar en Malasia. Un parque natural, Kuala Lumpur….seguiamos yendo hacia el Sur, no sabiamos porque pero nos atraia. Cuando llegamos a Singapur y quisimos seguir bajando, nos dimos cuenta de que se nos habia acabado el continente. Teniamos que volver hacia arriba, ver el norte de Tailandia, seguir la ruta…. pero algo nos seguia atrayendo de forma incontrolable hacia abajo, teniamos como una necesidad inexplicable de cruzar el Ecuador y encontrarnos fisicamente y de forma real en el Hemisferio Sur.

Y aqui andamos.  Lo cierto es que todo empezo en el ya mitico Hostal Pudu, en Kuala Lumpur. Un lugar donde por menos de 3 euros por persona tenias una habitacion, acceso a los mejores banios que vamos a a catar en mucho tiempo, billar gratuito y unos comodos sofas acompaniados por un pantallon donde proyectaban peliculas 24 horas. En ese ambiente conocimos a un espaniol que iba hacia Jakarta, y nos hizo plantearnos por primera vez la idea.Lo que nos termino de convencer fue nuestra conversacion con un indio mistico y bohemio que se encontraba por esos lares, le preguntamos sobre este increible pais y nos empezo a contar las maravillas de Indonesia a saber, templos mas antiguos que Angkor Wat, playas paradisiacas, volcanes en activo, 300 etnias diferentes, 17000 islas a explorar… a medida que hablaba nos dejabamos embaucar mas y mas.  Nos empezo a contar la mejor forma de sacar el visado, la forma mas barata de ir, sonaba bonito y lo mejor de todo era, y por que no? Asi que nos pusimos rumbo al Sur y aqui andamos…. en un pais con 11000 islas inhabitadas, 300 etnias diferentes y muchas cosas que ofrecer, a ver si las sabemos aprovechar!