Myanmar

Bello paí­s Desde el 15 de agosto de 2007, la situación polí­tica en Myanmar ha sufrido los cambios bruscos que muchos conoceréis. La junta militar, quien gobierna el paí­s desde que en 1990 diera un golpe de estado tras perder holgadamente las elecciones en favor de la Liga Nacional para la Democracia, tomó la decisión de aumentar considerablemente los precios de los combustibles y los costes de transporte, ante lo cual se sucedieron las protestas de sectores opositores al régimen. La represión ejercida sobre un grupo de monjes budistas que habí­an apoyado estas primeras reivindicaciones, provocó la movilización en masa de los monjes birmanos, protestando de forma pací­fica en contra de la junta militar y demandando cambios polí­ticos y sociales. Aunque la Junta militar se empeña en dar una imagen de tranquilidad, la situación ha empeorado para los habitantes del paí­s. Las informaciones son escasas pero seguro es que los asesinados y detenidos se cuentan por miles. La junta militar ha conseguido reducir la presión social basándose en tres pilares. El primero y más importante el militar, detenciones, torturas y asesinatos. El segundo el desprestigio de los monjes, las autoridades han informado que han encontrado droga y material pornográfico en los templos más importantes en a revuelta. Y el tercero, el chantaje, la Junta ha donado hasta 6000 euros para algunos de los templos implicados. Yo habí­a leí­do una gran parte de la guí­a y tení­a muchas ganas de visitar la pagoda Shwedagon y ciertas regiones. Es una pena, pero mucha más pena me da que el militarismo siga privando en el mundo a tantas personas de sus derechos fundametales. Derechos humanos en Myanmar

El Roto

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