Rumbo Pai

 

Los tres estamos de acuerdo. Creo que los tres lo pensamos. De cualquier forma voy a contar mi impresion de lo que ha supuesto nuestra estancia en Pai. Pai es un pueblito de montaña en el noroeste de Tailandia a unos pocos kilometros de la frontera con Myanmar. El pueblo no es muy grande pero tiene un gran movimiento. Al acercarnos con el autobus ya fuimos notando un ambiente diferente: granjas naturistas, carteles contra el cambio climatico, restaurantes vegetarianos etc. Ya sabamos que era un pueblo de reunion para los ‘jipis’ tailandeses. Tambien sabiamos que se habia convertido en un pueblo bastante turistico entre cierto tipo de extranjeros y la clase media bohemia de Bangkok. Al entrar en el pueblo vimos los tipicos mercados de las tribus nomadas de refugiados que viven en poblados por toda la zona y provienen de Myanmar, China y Tibet. El segundo detalle fue que en Pai, debido a su altitud, hace frio. Pasamos frio cuando cae la noche y estamos fuera tan solo con un jersey. Quizas los tailandeses exageren un poco ya que todos visten gorro, guantes, bufanda etc. La temperatura no es para tanto pero hemos tenido que juntar todas nuestras ropas de abrigo en algunas noches. La indumentaria de la gente denotaba un sustrato hippie, rastafarai en Pai.

Hasta aqui todo era de esperar. Lo que nos ha marcado profundamente y nos ha hecho quedarnos una gran temporada aqui fue el recibimiento de los viajeros que habitan este pueblo. Antes de encontrar alojamiento una chica mejicana que paseaba nos ayudo a buscarlo y nos presento a mas gente. A raiz de alli acabamos en un concierto de un Newyorquino portorriqueño hinduista que tocaba musicas del mundo. La naturalidad con la que nos integraron en su grupo nos dejo anonadados. Hay gente de todos los paises, un gran numero de ellos hispanoparlantes, y hacen una vida mas relajada de la que tenemos nosotros en este viaje. No son gente de ningun tipo concreto o tendencia. Todos comparten el amor por viajar y por pasar estancias en el extranjero. Se conocieron aqui y unos viajan solos y otros acompañados. En los dias que llevamos aqui hemos dejado de ser tres para realizar muchas actividades con ellos. Otro punto positivo de este pueblo es la interrelacion directa entre Tailandeses y extranjeros. Esto es una zona de turismo mixto y  muy especifico. Sales a la calle y ves todos los dias a las mismas personas. Hemos encontrado amigos que se van antes o despues de nosotros y que no volveremos a ver. Pero hemos encontrado amigos, buenos amigos. Ademas todos ellos estan muy lejos de todos los estereotipos y prejuicios que dejamos aparcados en Madrid y a los que mandare a alguien quemar porque no los quiero encontrar a la vuelta.

Pai ha marcado un antes y un despues en nuestro viaje y quiza en la vida de alguno de nosotros. Las conversaciones pueden llevarte mucho mas lejos que los aviones y descubrir como ven y viven el mundo otras personas es uno de los puntos mas atractivos de moverse un poco. Pai ha abierto un rumbo que, si siempre estuvo abierto, ahora lo sentimos mas abierto que nunca. Abierto de corazon.

Estos ultimos dias

Tras pasar la Nochevieja en Chiang Mai y tener la impresion de habernos empapado suficiente la ciudad, decidimos ir al corazon de la montania tailandesa, o uno de ellos, Pai. Tras la primera impresion y el golpe de frio, empezamos a disfrutar de este maravilloso pueblo. Al dia siguiente de llegar cogimos unas motos y decidimos ojear los alrededores…una cascada por alli,  un poblado chino por aqui, otro pueblo Lisu por alla… y entre tanto ibamos disfrutrando de paisajes de ensuenio.

Al dia siguente, cansados de estar motorizados, cogimos una bici con el objetivo de ir a las aguas termales que se encontraban cerca…la aventurilla que sugio creo que ya la ha relatado Antonio… Aun asi Inaki y yo pudimos baniarnos en las aguas sulfuradas y relajantes provenientes del interior de la tierra a un precio irrisorio.

A la maniana siguiente habiamos quedado con dos argentinas; nuestro objetivo: llegar en moto hasta unas cuevas. Por supuesto no lo conseguimos. Por distintos factores, entre ellos la distancia, que salimos tarde, que encima empezamos yendo en direccion contraria, y que la carretera aunque estaba en un estado impecable, era de montania… pero no nos importo, volvimos felices y contentos de nuestra experiencia motera, sin duda por los maravillosos paisajes que atravesamos. Sera por el hecho de no estar acostumbrados, pero el caso es que no dejan de impresionarnos.

Y hoy hemos decidido darle un poco de uso a las piernas y darnos un paseo por los alrededores. La conclusion? Cualquier medio de transporte merece la pena para descubrir esta region. Por lo demas nuestro estancia en Tailandia se acaba. Pai es nuestra ultima parada viajera en Tailandia. Los proximos destinos son logisticos, con la mente ya encaminada hacia Laos.De aqui a tres o cuatro dias quiza ya andemos por alli…