
Hay ciudades con encanto y Hanoi lo tiene. Nuestra idea preconcebida debida a los viajeros que nos habiamos ido encontrando era de una ciudad gris, no muy atractiva, capital de un pais en continuo cambio. Sin embargo lo que nos encontramos nos sorprendio gratamente. Para mi fue como la ciudad que toda persona espera encontrarse cuando viene a Asia. Una ciudad dinamica, repleta de bicis, motos, callejuelas pequenias e intrincadas llenas de puestecillos de fruta, sopillas, carne… una mezcla entre Oriente y Occidente, una ciudad de Asia con un toque occidental y de modernizacion pero sin perder su esencia.
Lo unico que se cumplio de las advertencias de nuestros “viajeros consejeros” fue el frio. Muuucho frio, el mayor que hemos pasado en todo el viaje. Quiza fue porque no estabamos aclimatados, o quiza porque el ambiente es tan humedo que realmente tienes la sensacion de tener a un vietnamita soplandote hielo en los huesos, pero el caso es que aun armados con todo nuestro arsenal para el frio (que tampoco es muy abundante claro) pasamos un par de dias que pareciamos caribenios sacados de contexto. Los ultimos dias, el Sol hizo timidas apariciones y la humedad bajo, lo que nos permitio disfrutar cuando llego Antonio de la ciudad con un clima mucho mas agradable.
La ciudad, ademas del encanto de pasear por el Barrio Antiguo y maravillarse con sus mercados, sus cafes estilosos y sus tiendas para todos los gustos, tiene otros encantos que la hacen merecedora de una visita siempre que se venga a Vietnam. Vimos a Ho Chi Minh embalsamado, en su mausoleo, un espectaculo un tanto grotesco a mi gusto (mas sabiendo que el queria una simple incineracion) fuimos tambien a un par de museos, el mas interestante el Museo Etnologico, muy bien montado con videos, maquetas y claras explicaciones en ingles y frances, y por supuesto los lagos, maravillosos lagos de Hanoi, donde se suponen que habitan gigantes tortugas que de vez en cuando aparecen para desear buena suerte a la gente.
Una bonita ciudad que vivimos con intensidad durante una semana. Quiza porque era nuestra ultima parada en Vietnam y la puerta a nuestra siguiente aventura, la Gran China….




La antigua aldea de Le Mat, en Hanoi, es conocida por su tradicion de caza de serpientes y la leyenda de San Le Mat. Uno de sus principales atractivos es su pueblo antiguo en cuyo templo, el héroe local Le Mat, es adorado. Según la leyenda, el rey Ly Thai Tong (1028-1054) tenía una hermosa hija que fue capturada por una serpiente en el río de Thien Duc Duong enviada por el Rey de las serpientes del rio. Su padre envió inmediatamente sus tropas para rescatar a la princesa, pero no podian luchar contra la serpiente bajo el agua. Un joven llamado Le Mat se ofrecio para salvar a la bella. Con una valentía excepcional, Le Mat, saltó al río, removiendo las fangosas aguas para combatir al monstruo. El héroe derrotó al Rey de las serpientes del Rio y devolvio a la princesa a su padre. En agradecimiento le ofrecieron un puesto en la corte y una recompensa de 100 kg de oro, seda, satén, que él rechazo.



