Visita a Angkor, Camboya

Ya llevo más de tres semanas de nuevo en el redil. El zulo supura vicio, y uno de ellos es el de la pereza. Pereza de escribir de nuevo en rumbo…

Hace poco, me enteré que los aún viajantes cambiaban su rumbo y decidían no pasar por Camboya. Se van a perder algo verdaderamente alucinante, increíble y mágico. Pero bueno, ya son casi 2 los meses de viajantes y el turismo de lugares no motiva de la misma forma que al principio. Además Angkor no está lejos de Bangkok, y a Tailandia hay que volver.

Por ello me dispongo a hacer una pequeña y escueta crónica de aquello, para informar a compis y espectadores de cómo son los Templos de Angkor.

Un poco de historia:

Angkor fue la capital del Imperio Jemer entre los siglos IX y XV de nuestra era. El Imperio Jemer o Imperio de Angkor fue un poderoso reino cuyo territorio central corresponde con lo que hoy en día es el Reino de Camboya en el Sudeste asiático, pero que también comprendía los territorios de los modernos países de Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam, parte de Birmania y Malasia.

Si bien el Imperio fue fundado bajo la égida del hinduismo y el mismo continuaría presente en la cultura hasta los tiempos contemporáneos, el Imperio Jemer pronto vería llegar una nueva religión, esta vez el Budismo Theravada, desde Sri Lanka durante el siglo XIII. El rey Jayavarman VII quedó cautivado por las enseñanzas que le fueron transmitidas por los monjes visitantes de aquel país acerca del Buda y sin más, se convirtió a la nueva religión. Poco a poco todos los súbditos lo seguirían, pero los elementos hinduistas nunca desaparecerían, creando un particular sincretismo religioso hoy fácil de observar en los modernos jemeres.

Los templos de Angkor constituyen el principal legado del Imperio a la posteridad, junto a su pueblo. Angkor es el testimonio del inmenso poder y riqueza que acumuló el Imperio Jemer, así como de la variedad de creencias que hizo suyas a lo largo del tiempo.

La Visita:

Pues bien, después de aquel viaje extremadamente palicesco que ya conté hace tiempo, me levanté a la mañana siguiente antes del amanecer. Me acerqué a una cercana posada y alquilé una bicicleta rompe-culos por un dólar y sin dejar fianza. Me puse a dar pedales hacia el complejo arqueológico y no sé de qué forma acabé dentro del mismo sin pagar entrada. Pregunté en un checkpoint (truculento error) y me mandaron hacia las taquillas para adquirir mi ticket. Tanto trajín hizo que me perdiese el punto álgido del amanecer en Angkor Wat, primera parada en mi visita.

Voy a escribir algo sobre los templos y lugares que más me sorprendieron. Vi demasiados y todos ellos singulares y alucinantes. Sin embargo llevaría demasiado tiempo describiros todo lo que visité. En concreto voy a hablaros casi exclusivamente de los templos construidos por Jayavarman VII (s.XII), el rey constructor, que por sus estructuras y dimensiones son los más atractivos.

Angkor Wat (s.XII) es el templo más inmenso que os podáis imaginar. Resulta algo casi indescriptible. Sus dimensiones, sus formas y sus detalles son dignos de la mayor genialidad humana.

A pesar de la cantidad de visitantes que recibe día tras día, es realmente fácil perderse entre sus galerías kilométricas. Lo más sorprendente de todo son sin duda los relieves del primer nivel, que rodean el templo entero. Uno podría consumir su vida entera solo mirándolos, sin llegar a comprenderlos. Batallas, reyes, elefantes, dioses y demonios…

Angkor Thom, 1km al norte de Angkor Wat fue la ciudad real intramuros fortificada a finales del siglo XII. Las puertas que dan acceso a ella te observan desde la distancia; y te sonríen. Dentro de la fortificación y entre cientos de templos, está el Bayon, el segundo templo en cuanto a dimensiones del complejo. El motivo de este templo es ya casi exclusivamente budista, a pesar de ser casi coetáneo a Angkor Wat, de carácter más hindú.

Desde fuera, el Bayon parece una pirámide loca y amorfa. Un total de 52 torres y 208 rostros de buda dispuestos sin ton ni son. Sin embargo una vez dentro todo cobra sentido y lo que era deforme ahora evoca la simetría más sublime. Tantas caras sonrientes en todos los ángulos posibles, tantas luces y sombras…, miles de fotos posibles.

Antes de salir de la ciudad amurallada de Angkor Thom uno se encuentra con otra maravilla. Esta de vez de pequeñas dimensiones, pero aún así espectacular: la Terraza de los Elefantes. El uso principal de esta terraza era a modo de escenario para las ceremonias reales tras conseguir la victoria en una batalla. El rey, situado en el centro de la misma, contemplaba la marcha militar de sus generales y soldados victoriosos.

5 Kms al noreste de la salida norte de la ciudad encuentro el Preah Khan, también del siglo XII. Estudios comentan que este templo era el centro organizativo del imperio, con cerca de 100.000 oficiales y sirvientes rondando por sus galerías. A primera vista no es tan impresionante como los colosos que he descrito anteriormente, pero su longitud parece infinita. Dentro todo es mínimo. La estatuas, los portales, los relieves… se repiten una y otra vez. Un gran lugar para perderse. Lo más sorprendente de este templo es sin duda el puente que cruza el foso a la entrada del mismo. Decenas de demonios de piedra (asuras) sujetan con fuerza una gran serpiente cobra (naga) a ambos lados del puente. La mitología cuenta que la gente jemer proviene de la unión de un indio brahmánico y una deidad serpiente camboyana. Telita fina.

A la salida de la visita de este ultimo lugar compro una gran botella de agua, me mojo la mocha (el sol camboyano no es cosa baladí) y me subo a mi corcel chinesco destruye próstatas. El calor aprieta increíblemente, me estoy abrasando la piel y el destino está a casi 8 kms de distancia…

Media hora más tarde alcanzo el East Mebon (s. X). A medida que me acercaba hacia este lugar pude contemplar el arrozal más grande del universo. Una extensión gigantesca que servía de reservorio de comida para todo un imperio. El East Mebon se sitúa sobre lo que antes era una isla artificial en el centro exacto de este inmenso arrozal. Dedicado a Shiva, el templo fue construido en ladrillo y arenisca, no exclusivamente en arenisca como los demás. Su color por ello es especial a horas tardías.

Ya queda poco…

El cuello está rojo y el cansancio es brutal. En este momento llevo casi 7 horas montando en bici, a 35º y alimentado a base de piñas secutas pagadas con dinero tailandés (que por allí lo cogen todo). Me queda un último sitio al que ir, una de las joyas del imperio. No por sus atractivos estructurales sino por las interferencias selváticas en sus muros. El Ta Prohm (s.XII) tiene un diseño parecido al Preah Khan, es decir, en llano. Tras la caída del Imperio Jemer en el s.XV, el templo fue abandonado y saqueado durante siglos. Cuando los franceses comenzaron a restaurar Angkor en el s.XX se dieron cuenta de que este lugar se había mezclado con la selva de una forma perfecta. Por ello se decidió dejar la vegetación tal y como la encontraron. De ahí su magia inusual. El templo parece tener vida propia.

Así acaba mi visita a los Templos de Angkor, un lugar que personalmente no recomiendo visitar tal y como yo hice. Un espacio que requiere calma, atención y sobre todo interés a raudales. Es un sitio mágico y extraño. Casi impensable. Mientras en Europa el románico dejaba joyazas esparcidas, al otro lado del mundo estos locos construían los edificios religiosos más grandes del mundo entero.

Hay que venir y verlo para creerlo. Hasta pronto rumbo, siento la extensión.

La Experiencia Definitiva

Muy buenas a todos desde mi exilio camboyano. Echo mazo de menos a los compis y por ello poto, pero bueno, la vida sigue…

Me dispongo a relataros mi viajecito en soledad a los Templos de Angkor, en Camboya central. Es una pena (o un alivio) no haber vivido esto los cuatro en plan fraternal… lo que sigue es harto extremo.

De hecho lo voy a escribir en plan enumeracion para no liarme y que todo resulte claro:

1. El bus de Bangkok hacia la frontera con Camboya sale con 1 hora de retraso y tarda mas de una hora en salir de la ciudad, pasando por todas las agencias de viajes del universo.

2. A los thais les mola mazo MAZO el air-con o aire gilipollas traducido.

3.El bus se jode a dos horas de la frontera. Caen pedazos incadescentes de los bajos del vehiculo mientras esta encendido y lo arreglan a base de soplete. Hora y media de tostele bajo el Sol.

4. Por fin llego a la frontera…, casi. El bus se jode definitivamente a 1 km. de Camboya. Meten los equipajes en furgones y a pasajeros tambien.

5. Sufro un accidente automovilistico furgonil. El conductor tiene tiempo de ir a derecha o izquierda, ademas de ir frenando. Su mente se bloquea y decide comerse el coche de delante. Capo echo mixtos, radiador roto. Risas con compis de viaje chilenos e italianos…, mu wapi.

6. Mi mochila de mano NO iba en el furgon. La han dejado en el bus maldito. Vuelven al jodido vehiculo inutil y me la traen… Alivio…

7. Entro en Camboya a las 16 de la tarde en vez de a las 12 previstas. Este pais es otro tema. La pobreza se palpa cosa fina. Bastante mas que en Indonesia.

8. Despues de todo el trajin pasaportil subo a un bus destartalao. Cogemos la CN-6 (Carretera Nacional) direccion Siem Reap. Flipo. Piedras puntiagudas, polvo, baches gigantescos, agujeros, puentes de chapa y de todo menos asfalto. No me inaginaba que todo iba a ser tan radicalmente diferente de lo anterior…, muy jarto.

9.Despues de otras 6 horas por la CN-6 a una media de 40 km/h, llego a Siem Reap. La ciudad es como Las Vegas. Despues de lo polvoriento llega el lujo, los hoteles y toda la parafernalia turistica.

10. Total de horas de viaje (contando esperas): 16 horas (entre 8 y 11 previstas).

MMMMMMMMMmmmmmmmmmmmmmmmMMMMmmmmmmmmmmmuuuUUuuu Rico..

Aun asi me molo mazo la experiencia!!

Templos de Borobudur y Prambanan, alrededores de Yogyakarta

Ya quedan lejanos los dias en Kuala. De ellos, recordamos las sabias palabras que un dia emergieron de la glotis de nuestro queridisimo Jesus-Christ Indio. Seguimos su consejo y decidimos aventurarnos en la exploracion de Java. Entre los hitos a visitar, estos dos eran fundamentales.

A ninguno nos gusta en exceso madrugar. El remoloneo siempre ha formado parte de nosotros. Para mi de hecho es uno de los mejores momentos de descanso. Puedes volver a dormirte en cuestion de segundos. Sin embargo, de vez en cuando, los pequegnos sacrificios merecen la pena… A las 4.15 suena el despertador. A las 4.45 nos levantamos. Aun en este caso el remoloneo es posible.

Con los ojos hinchados salimos del hostal. Nos recibe el responsable de la agencia de tours turisticos con la que hemos contratado la visita a los templos. Nos subimos al minibus y engullimos raudos bollos rellenos de chocolate industrial con sabor a gloria. Nos falta el cafe.

Una hora despues llegamos a Borobudur. Adquirimos nuestras entradas y comenzamos a dirigir nuestros pasos hacia el templo.

 

Borobudur es una estupa budista relacionada con la tradición Mahāyāna. El monumento consta de seis plataformas cuadradas coronadas por tres plataformas circulares, y está decorado por 2.672 paneles de relieve y 504 estatuas de Buda. El templo es un santuario y lugar de peregrinaje budista. El viaje de los peregrinos comienza en la base del monumento y continúa por un camino que lo rodea, mientras asciende hasta la cima a través de los tres niveles de la cosmología budista. Durante el viaje, el monumento guía a los peregrinos a través de un sistema de escaleras y corredores (wikipedia.org).

Al alcanzar la cima nos relajamos. Pero por poco tiempo. Llegan las (y los) colegial@s con sus camaras fotograficas. Despues de un rato decidimos volver a la base.

Nos queda una sensacion agridulce tras la visita. El misticismo disminuye por el atracon turistico que el monumento recibe dia tras dia. Sin embargo los primeros minutos de ascension, entre galerias y corredores repletos de imagenes talladas de la vida de Buda antes de serlo, resultan impagables e inolvidables.

A media magnana desayunamos de gratis. Subimos de nuevo a la furgonetilla y viajamos en direccion a Prambanan. Antes de llegar a nuestro destino paramos en un par de pequegnos templos llenos de encanto, en arrozales o en un cultivo de pequegnos palmerales de Salak, rica fruta que huele a amoniaco y sabe dulce.

A mediodia por fin nos detenemos en el Templo Hindu de Prambanan. Nuestra primera impresion es de asombro. No imaginabamos que tan cerca de Borobudur, la estupa budista mas grande del mundo, pudieramos encontrar un complejo de templos hindus como el que teniamos delante.

 

Prambanan es un conjunto de 240 templos dedicados a Shivá, construidos a lo largo del siglo IX bajo la dinastía Sanjaya del primer Reino de Mataram en la región de Java Central. Una inscripción fechada de el año 856 marca lo que es posiblemente su piedra fundacional (wikipedia.org).

La siguiente sensacion es de pena e incluso disgusto. Un terremoto en el 2006 causo graves dagnos en muchos de los templos. No podemos acercarnos a ellos. No podemos perdernos ni explorarlos. Aun asi nos conformamos con observarlos. Pensamos en la idea de la convivencia entre culturas y religiones tan influyentes como la Hinduista y la Budista en este lugar hace diez siglos. Nos parece increible que algo asi pueda llegar a darse.

La visita termina, y como otro cualquier dia de duro turismo, decidimos recluirnos en nuestros zulo, mascar almohada, y sognar con tiempos remotos en Java, Indonesia.

Largo dia en Bali

Indonesia es un pais eterno. Si uno quiere podria aprovechar toda una vida en conocer unos cuantos (algunos y pocos) rincones de este extragno archipielago. Tamagna magnitud nos hizo temer sufrir agobios por vernos obligados a viajar a toda velocidad, y por ello no llevarnos una impresion tal y como el lugar merece.

Aun teniendo en cuenta estos quebraderos de cabeza, decidimos dirigirnos hacia una isla a mas de mil kilometros de Jakarta, Bali.

Despues de un par de dias en la isla relajados y ociosos, esta manana, tras una larga discusion de I.Musti con el gerente de nuestro hostal ayer por la noche respecto al contrato de una jornada turistica guiada, nos embarcamos en la exploracion de la isla.

El madrugar, obligado, y con el humo como venta. Nuestro tiempo siempre es oro, y el guia y gerente se retrasa. Llega, pero bien tarde. Nos acerca, siempre apurando en curvas, cruces y adelantamientos, a un espectaculo de danza balinesa. La funcion ya ha empezado, compramos nuestra entrada y entramos en el anfiteatro. Un balines vestido de demonio me saluda. Es un interprete sobre el escenario. El publico rie. Tomamos asiento entre chinos mandarines.

Sobre el escenario, fornidos lugaregnos con vestimentas estrafalarias y esbeltas bailarinas que realizan movimientos bruscos siguiendo el endiablado compas de la musica de este arte. Golpes metalicos a tropel, pero muy bellos.

El argumento de la obra roza la incomprension absoluta. Algo sobre un sacrificio. Un mono-hombre aparece en escena y le destruyen a espadazos. Parece morir. Un falo aparece en su entrepierna cuando giran su supuesto cadaver. El culto falocrata del lugar queda patente. Abrimos la boca.

Seguimos nuestro recorrido por la isla. La siguiente parada es un pequegno templo indu, con las peculiaridades que ello conlleva por la religion lugaregna. Guardianes de piedra con caras de ojos saltones y dientes de dimensiones exageradas, elefantes, altares sin deidad…

Nos volvemos a subir al furgon. Ahora vamos hacia la cima de una montagna desde la que se divisan los picos mas altos de Bali y un bonito lago. De camino hacia alla nos detenemos para ver unos arrozales en terrazas. La vistas merecen la pena ya desde aqui aun estando a medio camino del destino. Nos subimos en el coche y cabeceamos. Unos minutos despues llegamos a la cumbre. Tocamos las nubes. Un inmenso valle se abre a nuestros pies. Respiramos un poco y tomamos el refrigerio de todos los dias. Arroz o noodles.

El guia-gerente nos llama para continuar con nuestro tour. “Where are we goin’?”” No se que-no se cuantos temple!” En la Lonely, libro sagrado y, a veces, papel de culo, no aparece. No hay retorno. Bajamos un poco en altura y paramos por ultima vez. Primeramente, parece que nos hayamos en otro templo mas de los miles de templos que hay en Bali. Erramos, es maravilloso. Recorremos el recinto entre piedra y altares vacios, guardianes y pequegnas piscinas, repletas de nenufares y flor de loto, de las que emergen manatiales.

Volvemos a casa. Lo siguiente, disfrutar de otro atardecer playero bajo olas de inmenso tamagno.

Hasta pronto Bali!!!

De excursion por las Cameron Highlands

Tras largos sofocones y caminatas metropolitanas decidimos exiliarnos durante un par de dias en las Cameron Highlands. Nuestra idea, explorar las famosas plantaciones de te e integrarnos durante unas cuantas horas en el paisaje selvatico.

La magnana siguiente a la llegada nos levantamos bien pronto a pesar de que nuestro despertador llego a sonar hasta 10 veces.

Cogimos un bus a un pueblo cercano, Brinchang, y preguntamos a los malayos del lugar por la localizacion del sendero que nos llevaria hasta la Gunung o cima en malayo. Lo encontramos y comenzamos nuestros andares relajadamente. Un mojon indicaba que 3.5 kms nos separaban de la cima de Brinchang.

La primera parte del camino, extremadamente pacifica para nuestros pies y cabeza nos hizo confiarnos. El camino de repente se estrecho y la maleza inundo el sendero.

Vimos una liana. Ibra se colgo en plan tarzan. Llovieron fotos. Seguimos y un golpe geologico hizo que nuestros cuellos girasen 90 grados hacia el cielo. Pendiente brutal, barro, ramas puntiagudas, musgo… solo quedaba 1 kilometro para llegar…, el mas largo de nuestras VIDAS.

Embarrados y sudorosos alcanzamos el final. Contemplamos la panoramica, descansamos y deglutimos un poco de bilis al observar la cima infestada de antenas repetidoras.

Para regresar, decidimos andar lo escalado por el camino pavimentado, para que asi pudiesemos ver las enormes plantaciones de te que hacen famosa la zona. Grandes laderas llenas de pomposo verdor a lo largo del horizonte. Mu bonico…

Despues de 11 km de caminata regresamos de nuevo al pueblo. Cansados y mugrientos, pero felices!

Bienvenidos a Kuala Lumpur

Ya estamos aqui, en la capital de Malasia, Kuala Lumpur. El viaje hasta aqui ha sido duro. Un total de 11 horas encerrados en un bus lujoso con el aire acondicionado formando escarcha en nuestros mostachos no afeitados desde tiempo hace. Por las ventanas, a lo largo del trayecto, contemplamos el impresionante paisaje malayo. Entre cabezada y cabezadita, nos despertamos los unos a los otros señalando alguna formación rocosa, algun bosque o cualquier cosa asombrosa. La diferencia con Tailandia se deja ver. Solo el cruce de una frontera puede cambiar muchas cosas. Carreteras y coches, clima y vegetacion. Parecido y muy diferente al mismo tiempo.

Entre las 21 y las 22 de esta pasada noche, comienza a llover. Descendemos largas laderas. Al fondo un enorme y ancho haz de luz se dispersa en las alturas. Llegamos a Kuala. Vemos las Torres Petronas. Parecen estar a punto de despegar.

El autobús comienza su inmersión en la ciudad. La mezcolanza de gentes y estilos ya se hace patente. Fijandonos por la ventana podemos ver edificios con influencias morescas, enormes rascacielos, cientos de letreros escritos en chino… Bajamos ansiosos los tres escalones que no separan del pavimento, y asi, sin mas, parece que hemos ido a dar a tres lugares al mismo tiempo. A un lado hay chinos, en frente un restaurante indio y su picor consiguiente, al otro malayos (que no cayos), y por detras un grupo de chavales de colegueo en un coche tuneado. El copiloto malayo, el conductor indio, y a los de detrás no se les ve porque el cristal esta tintado.

Nos lanzamos a por nuestras mochilas y comenzamos a andar en busca de alojamiento barato. Jesucristo en su versión india nos aborda y nos convence para ir a su hostal. Confortable y cerca de los sitios interesantes; ademas barato…, para que mas? Dejamos los paquetes y nos vamos a ver las torres mas de cerca. Aqui las teneis.

Mu rico, como siempre…

Monarquia en Tailandia

El 5 de diciembre el Rey Rama cumplira 80 agnos. Tras meses de preparativos las calles de Bangkok solo tienen un color, el amarillo. Estampas de diferentes etapas de su vida inundan avenidas y monumentos. Joven, monje, en compagnia de su esposa o en formol, muestra a su pueblo su generosidad y benevolencia.

Un gran porcentaje de los sonrientes Thais porta por las calles camiseta amarilla. Sobre el corazon, el simbolo monarquico bordado. Esto nos hace preguntarnos, que ocurre?, por que tal devocion? que tiene el Sr. Rama que no tengan otros monarcas?…

Cualquier injuria en contra de la monarquia puede llevarte a prision. Los diversos golpes de estado nunca han planteado cuestionar la imagen o el rol del veneradisimo Rama, figura y ejemplo de la mayoria de Thais.

Como puede observarse en la foto adjunta, hemos compartido hasta suegnos con el gran Rey.

PD: Long live the king

PD’: por que no te callas?

ANGKOR

 

Con diez años recibí unos de los regalos que con más cariño recuerdo. Aunque parezca algo triste, fue un videojuego. “Illusion of Time” se llamaba. Valoradísimo juego de rol para la snes. ¿Por qué tanta estima?

Aprendí muchísimo jugando en aquel mundo maravilloso de extrañas criaturas y lugares. Horas que perdí de sol y correrías (tampoco tantas), pero que ahora me parecen impagables. Entre los escenarios de juego pude encontrar –al principio no reconocí aquellos parajes como existentes en nuestra realidad o mitología-, el Desierto de Nazca, los Jardines Colgantes, el continente perdido de Mu, la Torre de Babel o ANGKOR WAT.

Angkor se mostraba como el terreno más amplio y extraño que el juego ofrecía. Enormes patios, estatuas con rostros exagerados que cobraban vida, plantas exuberantes, luz… Se convirtió en mi momento preferido de Illusion of Time.

Desde entonces siempre he tenido gran curiosidad respecto a cómo sería Angkor y sus templos; llega el momento de saberlo…

Diez años más tarde, volví a encontrarme con Angkor. Esta vez en una película que Iñaki me grabó: “Deseando Amar (In the Mood for Love)”, de Wong Kar Wai. Hacia el final de la película aparece una retransmisión documentada que relata la invasión de Vietnam en Camboya que derrocó a los “Khmer Rouge”. Después el protagonista aparece en Angkor, paseando entre un laberinto de plazas, torres, estatuas y patios. Apoya su rostro en una columna tallada y cierra los ojos.

 

 

Lo que nos encontraremos va a ser sin duda sorprendente. El templo de Angkor Wat es el edificio de culto religioso más grande de la Tierra. El complejo de Angkor fue construido entre los siglos X a XIII, por la dinastía de los Khmer y consta de más de 100 templos diferentes. Angkor Wat, el mayor de los templos, data del año 1152 y fue edificado en honor Vishnu.

La realidad actual, lógicamente, no tiene nada que ver con la del juego o la de hace 10 siglos. Miles de turistas invaden los patios de Angkor cada año. Su conservación peligra. Regentado por monjes budistas recibe poca financiación por parte del gobierno. Es Camboya.

 

No sé qué esperar cuando tenga ante mis sentidos este lugar. Mi hermana estuvo hace relativamente poco y lo recuerda como algo sobrecogedor. Me alegra muchísimo compartir esta experiencia (una entre muchas) con mis tres compañeros de viaje; más adelante relataremos nuestras impresiones aquí en el blog.